lunes, 17 de junio de 2019

Yo soy Alexander Cuervo. Patricia García-Rojo.



Título: Yo soy Alexander Cuervo.
Autor: Patricia García-Rojo.
Año de publicación: 2019.
Editorial: SM.
Saga/Autoconclusivo: Autoconclusivo
Nº de páginas: 238.
P.V.P: 9,95€.

Puntuación media: ★★★★★★★✩✩✩ (7,6/10)
            -Trama: ★★★★★★★★✩✩
            -Personajes: ★★★★★★★★✩✩
            -Longitud: ★★★★★★★✩✩✩
            -Estructura y construcción del mundo: ★★★★★★★✩✩✩
            -Opinión personal: ★★★★★★★★✩✩



¿Existe de verdad la magia?
¿Es un espectáculo, o un gran poder?
Alexander Cuervo está dispuesto a demostrar su teoría mientras ve crecer su éxito y su grandeza en los salones de la ciudad. el mago que vence a las tormentas. El señor que controla la naturaleza. Sabe que nada sería igual sin Aubrey Galaxia. La maga, la enemiga, la muchacha más especial que ha conocido nunca. Pero ¿quién es, en realidad, Aubrey Galaxia?

Esta vez vuelvo con la reseña de “Yo soy Alexander Cuervo” de la autora Patricia García-Rojo, que ya reseñé hace unos meses con “La fábrica Creátor” de la saga “Los portales de Éldonon”. Y desde las primeras páginas, la autora ha conseguido de nuevo, con una facilidad increíble, que me sumerja de lleno en una obra extraordinaria, por lo que estoy seguro de que un tiempo no muy lejano, reseñare más de sus obras, como “El mar” o “Lobo. El camino de la venganza”.
En este libro nos volvemos a sumergir en un mundo de fantasía, esta vez tras los focos, los espejos engañosos y los conejos que aparecen en las chisteras aparentemente vacías. Aunque pueda parecer que los trucos de salón, los movimientos de manos y el escapismo no tienen magia alguna, en este libro se muestra que todo tiene al menos un poquito de magia en su interior.
Y que en una obra de fantasía, la magia sea tan escasa o secundaria pero que al mismo tiempo, gracias a esto permite que sea una obra que puedan leer tanto gente aficionada a la fantasía —entre los cuales me hallo, por supuesto— y para aquellos que no se hayan “iniciado” o no disfruten de este estilo.

A pesar de que en obras “ligeras” se puede caer frecuentemente en una historia sosa y que se olvida con facilidad, en este caso a sabido saltar dicho obstáculo. Es una historia joven y fresca, donde podemos ver entre bambalinas, los entresijos  que se ocultan tras el mago. Pero a diferencia de los magos que conocemos, también podemos ver su otra cara, la que se oculta cuando sale al escenario y los focos lo deslumbran con su luz. Es un joven enamorado de la magia, que aspira a darse a conocer en su ciudad, pero que al mismo tiempo no deja de ser un adolescente, con sus dificultades, cambios de humor y miedos propios.
Sin embargo, gracias a dos personajes secundarios, amigos del protagonista, consigue dar un contrapunto, frente a la seriedad y terquedad del joven mago, que a veces se hunde en un pozo sin fondo de extremos profundos y románticos, que pueden llegar a resultar cargantes, pero gracias a la espontaneidad y los toques de humor de Johan y Berit, consigue que esto no abrume al lector con la intensidad de un adolescente enamorado —de hecho no he visto cosa peor, esta en uno de los primeros puestos de las cosas más agotadoras que conozco—.

Cuando Alexander Crow empieza a alcanzar la fama con la que había soñado, aparece un joven muchacha, Aubrey Galaxia, que amenaza con robarle el renombre que se había forjado poco a poco. Sin embargo, entre ambos magos comienza cierta chispa, aunque no menos rivalidad. Alexander pasa de la seguridad mas absoluta inseguridad, pero sin embargo en cuanto contempla los ojos grises de Aubrey, todo parece desvanecerse con un único beso —como un adolescente que se queda en blanco al contemplar a su amor, platónico o no— aunque al momento siguiente las dudas vuelvan a surgir, como si nada hubiera pasado.

Otro de los puntos fuertes de esta novela son los capítulos cortos, que se leen muy fácilmente, y teniendo en cuenta lo bien escrita que esta, la lectura se hace aún más entretenida. —además ente algunos capítulos intercala pequeñas noticias acerca del enfrentamiento de los dos magos.

Como en todas las obras que he leído, Patricia García-Rojo tiene la capacidad de ver más allá en el mundo, aunque parezca que los problemas abundan, siempre existe la forma de iluminarlo todo, y que los secretos y malentendidos desaparezcan, hasta que consigue mostrarnos el truco más difícil y sencillo a la vez, dejarse caer en brazos del amor.

Sin embargo, a pesar de todo lo bueno que ya he mencionado acerca de este libro, queda un ultima cosa y es el final. Cuando llega el momento álgido de la trama, donde pensamos que todo truco será desvelado, y que todo misterio será resuelto, pero el truco que se revelará solo dejará tras de sí la verdadera magia, aquello que surge entre dos personas jóvenes con un futuro juntos por delante.
Y aquí me despido, hasta la próxima reseña, y que la fantasía nunca abandone vuestra vida.

“¿Dónde reside la magia: en las manos del que hace el truco o en los ojos del que lo ve? ¿En la carta que desaparece bajo la manga del mago o en el suspiro asombrado del público?”

“Y aquella felicidad tenía que ver con la magia, y con el silbido del trasatlántico que escucharía justo antes de zarpar rumbo a América, donde nos esperaban grandes retos. Pero, sobre todo, tenía que ver con Aubrey Galaxia, su mirada gris y todos nuestros sueños por cumplir.
Todos los sueños que hemos realizado.
Los Ángeles, 1927”

lunes, 10 de junio de 2019

El pistolero. Stephen King.



Título: El pistolero.
Autor: Stephen King.
Año de publicación: 1982.
Editorial: Debolsillo.
Saga/Autoconclusivo: Saga “La torre oscura (1/7)
Nº de páginas: 286.
P.V.P: 9,95€.

Puntuación media: ★★★★★★★✩✩✩ (7,4/10)
            -Trama: ★★★★★★✩✩✩✩
            -Personajes: ★★★★★★★★✩✩
            -Longitud: ★★★★★★★✩✩✩
            -Estructura y construcción del mundo: ★★★★★★★★★✩
            -Opinión personal: ★★★★★★★✩✩✩



No tengo ni la más remota idea de cómo comenzar a hablar sobre un universo —o mejor dicho, multiverso— tan intrincado y oscuro, sin caer ni en la simpleza más neutra ni en una complejidad aparatosa. —Esto es difícil, es como tratar de construir una casa desde cero, sin materiales y sin tener muy claro que es una casa— Así que, después de mirar al infinito con cara de intelectual que piensa en cosas…digamos elevadas, me he decidido a comenzar con esta saga y su autor, de la forma en que creo que se deben contar las historias…por el principio.

“El hombre de negro huía a través del desierto, y el pistolero iba en pos de él.”

Así comienza esta historia, la historia de la búsqueda de la TORRE OSCURA —a pesar de todas las subtramas, ese es el eje de toda esta saga— en la que el hombre de negro solo es el primer peldaño de una infinidad de ellos.

Pero para hablar sobre una búsqueda, debo definir, sino en profundidad, al menos ligeramente, al protagonista de este periplo. El pistolero, o Roland, es un hombre duro, obstinado —mencionando a uno de mis youtubers favoritos (Vanfunfun)— parece que tiene una barra de hierro metida en el…espíritu.

Roland recorre el desierto, la apoteosis de lo que se conoce por desierto, en pos de un hombre misterioso, del que tampoco tenemos mucha idea, pero esa es la premisa de este libro, darnos pequeñas pinceladas sobre el porque y el cómo, pero sin conocer todos los detalles.

Si os decidís a comenzar esta saga — el Opus Magnum de Stephen King— debo decir que tengáis paciencia, este libro no es sencillo de leer, es oscuro y retorcido, y según el propio autor, uno no puede hacerse a la idea de esta búsqueda y de todo lo que implica solo leyéndose este libro, como si fuera solo la introducción en la que no se nos da toda la información. Por no hablar del lenguaje aun más ambiguo que emplea —que achaca a su juventud y a un exceso de seminarios sobre escritura, donde promulgaban escribir para un publico en vez de  a uno mismo y premiaban la ambigüedad sobre la sencillez—. Pero creo que a diferencia de otras reseñas que he leído, no busco la claridad por la claridad, sino más bien lo que oculta tras el lenguaje, sea este florido o ramplón. Eso es lo que más me atrapó con esta novela, esa capacidad de inducir sin enseñar, de mostrar pero solo sugerir —casi como el lenguaje de los políticos, pero en el buen sentido—.
Nos sitúa en un mundo que «se ha movido», algo ha ocurrido al mundo que ha provocado su declive, como si se hubiese cubierto de una capa de locura y polvo de milenios.

Esta historia emplea una ambientación al más puro estilo del salvaje oeste —un pueblo perdido de la mano de Dios y un desierto interminable—  pero revestido con futuro postapocalíptico y ciertos toques de “magia". Que aunque se que la magia es más abundante en las posteriores novelas, en esta ya se deja ver ligeramente, al igual que una tecnología avanzada pero desaparecida casi por completo.

Sin entrar en detalles, a través de la historia, surgen pequeñas burbujas de religión, sobre el bien y el mal, el destino y el camino del héroe—el pilar fundamental de la saga, por supuesto—.
Este camino es lo que marcará el presente y el futuro del pistolero, pues aunque tiene la posibilidad de dejar ese camino, sabe que no lo podrá recuperar, y a pesar de todo lo que tiene que sacrificar para continuar en la vereda hacia la Torre, está atado a su búsqueda, casi como medio de redención propia del personaje —como el camino lleno de penurias que el caballero debe recorrer, dejando partes de si mismo por el trayecto, hasta llegar, vacío y redimido al castillo donde reposa el Grial—.

Durante la persecución, nos muestra pequeños retazos del pasado del pistolero, pero solo cuando en su camino se encuentra con Jack, el pasado parece volver a asaltar a Roland, como si el chico fuera a la vez su infancia y un hijo adoptivo —como curiosidad se hace mención a que Jack posé cierto “toque”, una referencia directa al famoso “resplandor” de Stephen King—lo que al mismo tiempo que muestra la personalidad de Roland y esa eterna lucha ante su “ka” —o destino en la Alta Lengua— y la humanidad, que se resiste a ese camino previamente marcado, porque esa lucha es una de los pesos que carga, y que lo marca en el centro de su alma.

Al igual que el hombre de negro es el símbolo de todo lo que teme el pasado, y detenerle seria obtener el perdón. Aunque también se puede ver desde un punto de vista más literal, en la que el pistolero persigue a este hombre misterioso por sus propios motivos. Es algo que dejo a opción del lector, que decidan que es y que no, que es el bien y donde se halla el mal.

“En el mundo siempre había existido el asesinato, pero recordárselo no lo reconfortaba; violación y asesinato y prácticas inconfesables, y todo era en nombre del bien, del maldito bien, en nombre del mito, del grial, de la Torre.”

La novela, esta inspirada en un poema de Robert Browning, llamado “Childe Roland to the dark tower came”, que a su vez, esta basado en una parte de “El rey Lear” de William Shakespeare.
Tras finalizar la saga, Stephen King, reescribió todos sus componentes, aunque en especial, este primer paso hacia la Torre. Necesitaba pulir esta primera obra —fue su primera obra escrita, según tengo entendido— y conjugarla con sus continuaciones.

Con este primer libro, comienza el ciclo de la Torre Oscura, un lugar incierto, un viaje hacia el misterio y la redención. A pesar de que no es una de las obras mejor escritas de su autor, debo recomendarla fervientemente —si es necesario me pongo en plan fan loco ehh, así que ya sabéis— ya que conduce a uno de los mundos literarios más grandes y asombrosos con los que me he encontrado. El segundo libro ya está en proceso de ser devorado y, mucho más importante, ser disfrutado, por lo que muy pronto tendréis la reseña en el blog. Pero por ahora me despido, hasta la siguiente reseña.
Y que la fantasía nunca abandone vuestra vida.

“—¡NUNCA!
—ENTONCES, ¡HÁGASE LA LUZ!
Y la luz se hizo, aplastándolo todo como un martillo, una luz grande y primigenia. La conciencia no podía sobrevivir en aquel tremendo resplandor, pero antes de perderla por completo el pistolero alcanzó a ver algo de importancia cósmica. Se aferró a ello con un esfuerzo agónico y se dejó caer en la profundidad, buscando refugio en su propio ser antes de que la luz lo cegara y acabara con su cordura.
Huyó de la luz y del conocimiento que implicaba y, con ello, regresó a sí mismo. El resto de nosotros obraríamos así; incluso los mejores de nosotros.”

Yo soy Alexander Cuervo. Patricia García-Rojo.

Título: Yo soy Alexander Cuervo. Autor: Patricia García-Rojo. Año de publicación: 2019. Editorial: SM. Saga/Autoconclusivo...