Título: Peter Pan de rojo escarlata.
Autor: Geraldine McCaughrean
Género: Fantasia, infantil, juvenil.
Año de publicación: 2006
Editorial: Alfaguara
Saga/Autoconclusivo: Autoconclusivo (segunda parte oficial)
Nº de páginas:286
P.V.P: 14,95€
"Cuando llegan allí, todo ha cambiado y los peligros con los que se van a
enfrentar están muy lejos de ser sólo sueños…" Geraldine McCaughrean. Peter Pan de rojo escarlata.
★★★★✩ Antes de comenzar con la reseña de
este libro, debo decir que si, esto es un cuento de hadas, una novela infantil,
como quieras llamarlo…de eso no hay duda alguna, son libros escritos
especialmente para niños. Sin embargo, esto no quiere decir que única y
exclusivamente deban ser leídos por niños.
Estos libros deben ser leídos por
cualquier tipo de persona. Es cierto que, aunque al leer un libro con una
cierta edad, puede que no se saque el mismo jugo que con más edad o
experiencia.
Pero un buen libro, esté indicado o no para una cierta edad, puede
volver a ser necesario leerlo otra vez, pasado diez, quince o veinte años.
De
ellos se pueden sacar conocimientos recuerdos e ideas que fueron cogiendo polvo
en nuestra mente, y que de vez en cuando merece la pena recordar.
Un libro no puede ser solo
juzgado por la historia que cuenta, la imagen que se nos muestra. En el proceso
de leer o disfrutar de un libro interviene no solo la intención del escritor,
el ambiente que nos rodea, la situación de nuestra vida o nuestro estado de ánimo.
Un libro, por “infantil” que sea puede servir de ayuda a personas completamente
adultas, de muralla contra el mundo, como pasatiempo, estudio concienzudo o
como forma de sacar lo que guardamos dentro.
El punto es
que cada persona debería leer cualquier libro que desee o que le llamen la
atención, sin importar la edad o el género del propio libro en sí. Por mi
parte, pienso que cualquier libro, se tenga diez, setenta o cien años, debe ser
leído y disfrutado. Todo lo que saquemos de ellos, como las emociones, las
ideas o formas de actuar frente a la vida, nos cambian, nos hacen pensar y
sentir… Con cada libro, ilusión y deseo crecemos un poco más.
Las personas seguirán
clasificando libros en rangos de edades, géneros y temáticas, pero realmente
cada libro y su lector, solo depende de ellos, sus pensamientos y relaciones
quedan encerrados entre las paginas y el lector que vuelve a abrir sus páginas,
sumergiéndose de nuevo en un mundo ya explorado, pero completamente nuevo.
Y por fin,
para empezar a tratar el tema que nos trae hoy, empezaré hablando de los
orígenes de esta novela y como se creó. En 1904 se estrenó la primera obra de
teatro sobre Peter Pan, donde aún estaba muy cercano a las fuentes que
inspiraron a J.M.Barrie, como el dios Pan de la mitología griega y su flauta de
caña.
Posteriormente con “Peter Pan en los jardines de Kensington” en 1906 se
desarrolla y modifica los primeros actos de la obra, explicando así el origen
de este famoso mito infantil y no tan infantil, pues mucho tiempo después se
utilizó el nombre del niño que no quería crecer como nombre de un síndrome para
aquellos que no quieren crecer, a similitud de Peter Pan.
En cambio, en
1911 con “Peter Pan y Wendy” se da el pistoletazo de salida a la historia que
tanto éxito generará, siendo algo así como la continuación y encadenamiento con
la novela anterior, que explicaba el origen de Peter.
Antes de
morir, J.M.Barrie cedió los derechos de autor de Peter Pan al Hospital Infantil
de Great Ormond Street, manteniéndose durante 70 años. Poco antes de la
finalización de derechos sobre obra e imagen, y conmemorando el centenario del
estreno de la obra de teatro, el hospital convocó un concurso para seleccionar
al escritor que publicase la secuela oficial de la obra original.
De entre
todos los elegidos, Geraldine McCaughrean fue la ganadora de esta maravillosa a
la par que aterradora oportunidad.
A pesar de
todas las dificultades que implica tomar una obra de otro autor y darle una
continuación que merezca el nombre de la misma, requiere no solo de continuar
con el legado del autor original, cosa que Geraldine consigue de forma
magistral, manteniendo el tono y las bases que hicieron famoso a su autor y a
su creador.
Sino que, además, consiguió poner todo su estilo y forma propia,
mezclándola y haciéndola crecer hasta crear una obra extraordinaria, digna
tanto del Barrie como de su famoso personaje.
Comenzando por
fin con la historia en sí, debo decir que, aunque la obra esta bien hilada y
extraordinariamente bien compuesta, hay un momento donde pienso que se alarga
demasiado, o por lo menos que a mi parecer, es algo irrelevante o de poca
importancia, está bien encadenado, aunque cambia de golpe el tono y se estira
de una forma un poco extraña.
La historia en
sí comienza en Londres, veinte años después de que los Darling volvieran de
Nunca Jamás junto con algunos Niños Perdidos, siendo todos ya adultos y
teniendo vidas provechosas con hijos y familias dignas de un adulto responsable
y sensato.
Aquí comienza
la historia en sí, cuando estos niños son adultos, al volver a casa con su
familia de sus trabajos de banquero, juez, maestro, y músico, etc. Comienzan a
soñar con Nunca Jamás, y, por si fuera poco, con cada sueño, se traen algo de
Nunca Jamás, como sables, peces, olor a sal, penachos de plumas o pinturas de
guerra aparecen en sus camas y en sus cuerpos.
Todo esto les
preocupa gravemente, afectando a su vida social y personal, por lo que deciden
reunirse para tratar de hallar una solución a sus problemas. Como no, la que da
la voz cantante y más sensata es Wendy, que sigue influyendo en todos estos
niños ya adultos, como si de una madre se tratase.
Al final todos
la dan la razón cuando concluye en que Nunca Jamás está reclamando su atención,
pidiéndoles ayuda, ya que algo deber de ir muy mal, para que los sueños se
escapen de la tierra del verano perpetuo.
Tras las
quejas de rigor por tener que dejar su oficios y familias para embarcarse en
una aventura, buscan la manera de solucionar los dos primeros problemas que se
les ponen por delante. Uno, es como volver a ser niños, pues como todos saben,
solo los niños pueden volar hacia Nunca Jamás, aunque realmente hay mil formas
de accederá estas fantásticas tierras.
Esto es
fácilmente solucionado con la idea de tomar prestada ropa de sus hijos para
volver a ser niños y dejar todo el peso de su vida adulta para poder elevarse
en el cielo.
De esto debo
añadir que tiene una importancia muy relevante en la historia en sí, con el
refrán: "El hábito no hace al monje” pierde parte de su poder encanto
aquí. Además, se trata el tema de cuando un niño deja de serlo, o cuando
comienza a avanzar hacia la edad adulta, cosa muy interesante para los adultos
que se pasean por sus páginas.
También se
muestra una de las críticas sobre aquellos que no tienen hijos, como sucede a
uno de los Niños, Slightly, que no tiene y eso le supone una dificultad enrome,
pues como puede convertirse un adulto en niño si no es con ayuda de sus propios
hijos.
Sin embargo,
esto no sucede, no se queda anclado a tierra, pues en sí, la capacidad de
volver a ser un niño no radica en tener hijos, solo tener la suficiente
imaginación para dejarse llevar por los deseos y sueños. Al final este consigue
volver a ser niño recorriendo por debajo de mantas y sábanas el camino hasta el
final de su cama, resurgiendo como un niño de nuevo.
Aunque en
cierta parte del libro, esto se ve como algo “malo” o incorrecto, ya que no es
la forma habitual y más común de conseguirlo, como si no tener familia e hijos
no fuese correcto.
El otro
problema fundamental, es como conseguir volar, ya que, aunque pudiesen
conseguir mantener pensamientos felices, además se requiere de un empujoncito
necesario para alzar el vuelo, una pizca de polvo de hadas.
Esto parece
ser un obstáculo que les cuesta resolver, pues ya no abundan las niñeras y
madres que llevan a pasear a pequeños angelitos que acaban cayéndose de sus
carritos y acaban perdidos y encontrados en Nunca Jamás.
De nuevo,
consiguen encontrar uno de estos raros especímenes y lo hacen reír por primera
vez. Esta risa, que se rompió en mil pedazos, surgió un hada que atraparon de
inmediato. Esta vez, no es la brillante y egoísta Campanilla, sino un enérgico
comilón y extremadamente mentiroso llamado Luciérnaga de fuego. No os
preocupéis, pues Campanilla volverá a
surgir de nuevo.
Una vez
solucionado todo aspecto del viaje, se ponen marcha a través del cielo para
volver al País de Nunca Jamás, la tierra sin puntos cardinales, o que tiene
muchos, según les apetezca.
Pero al llegar
todo parece distinto, el perpetuo verano a dejado paso a un frio otoño,
cubriendo de ojos rojas como sangre el gran Bosque de Nunca Jamás, cubriéndolo
de nubes de tormenta y vientos huracanados…
La aventura
que les espera es la más grande que se haya visto en todas las tierras, desde
el gran Monte de Nunca Jamás al Desierto de la Añoranza. Innumerables peligros
y viejos enemigos se alzarán para tratar de destruir de una vez por todas al
prodigioso niño de Nunca Jamás, por lo que si quieres saber como sigue la
historia, no tienes mas que sumergirte en este fascinante libro.
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