Título: Tormenta.
Autor: Jim Butcher.
Año de publicación: 2000.
Editorial: La factoría de ideas.
Saga/Autoconclusivo: Saga “Dresden Files”. (1/15)
Nº de páginas: 294.
P.V.P: 10,00€.
Puntuación media: ★★★★★★★✩✩✩ (7,8/10)
-Trama:
★★★★★★★★✩✩
-Personajes: ★★★★★★★★✩✩
-Longitud: ★★★★★★★★✩✩
-Estructura y construcción del
mundo: ★★★★★★★✩✩✩
-Opinión personal: ★★★★★★★★✩✩
En
una época donde la humanidad asocia la magia con videntes en programas
televisivos nocturnos y magos de salón que guardan conejos en la chistera, la
humanidad convive con vampiros, trolls asaltantes y hadas que secuestran niños
sin ni siquiera reparar en ellos.
¿Quién
nos protege de todo esto? La respuesta es muy sencilla: Harry Blackstone
Copperfield Dresden, mago detective.
De forma general,
esta es la premisa de esta novela, que forma parte de una saga kilométrica de
15 libros, que gira en torno a este peculiar mago.
Como
novela, podría incluirse del género de la novela negra, pero mezclada con un
poco de fantasía urbana y una cantidad abundante de ácido humor negro —el negro es el nuevo negro—.
Puede
parecer que esta mezcla no tiene por donde cogerla, pero realmente Jim Butcher
consigue crear esos entornos oscuros, serios y duros de la literatura negra y atarlos
firmemente con un mix de fantasía clásica en un entorno urbano actual. Y en
cuanto al humor, que voy a decir, tira de tantos estratos que es imposible que no
te haga gracia al menos uno de ellos.
Pero
comencemos como todo debe comenzar, describiendo a nuestro protagonista. Harry
es un hombre duro, de los de antes, de los que abren la puerta a las mujeres y
que piensa que tiene que tratarlas con delicadeza —Es un bastante machista, lo aviso, incluso el lo reconoce, incluso hay
un pequeño pique con la teniente Murphy, pero como explicaré más adelante, está
hecho adrede, así que no se lo tengáis en cuenta, el hace lo que puede—. Tras ese lado machista, la novela también
presenta a mujeres fuertes y capaces de partirle la cara fácilmente.
Ya
desde el principio, el autor nos lanza directamente a la cara la típica escena
del cine negro: La visita de una mujer al despacho de nuestro detective—como no, también venido a menos— en
busca de ayuda.
Por
suerte, esa estética tan rígida no es continua, es más un guiño a este género,
pero que es roto continuamente por la forma de ser de Harry. Sin tener en
cuenta siquiera su peculiar forma de ser, costaría incontables esfuerzos
mantener esa fachada cuando introduces, hadas, magos y otras menudencias fantásticas,
por mucho mafioso y mujeres al estilo Mata Hari que pueda introducir.
No
pretenden mostrarte un hombre duro y solitario, es más un hombre que hace lo
que puede con lo que tiene, y que tiene una gran facilidad para meterse en los
peores problemas posibles. Seguramente debido a su pasado turbulento, cuyas
acciones aun le afectan en el presente —uno
no puede ser un detective solitario si no tiene un pasado duro y traumático—.
Como
ya dije antes, este aire machista y algo misógino está hecho adrede, como una
mofa de estos comportamientos —cuando el
propio protagonista rompe la cuarta pared reconoce su propia forma de ser—
al igual que el añadir su contraparte, como la fuerza femenina de la historia,
Karrin Murphy, directora de investigaciones especiales de la policía de
Chicago, una mujer de armas tomar, que ha tenido que luchar por llegar a donde
esta y que además debe mantener la compostura al tener a un mago por asesor —típico
argumento de una serie policiaca—. Y debido a esto, suele verse envuelta en
todo tipo de líos paranormales, que afronta mejor que el propio mago, ya que
tiene una capacidad de pragmatismo bastante y que le da agilidad a la acción.
Pero
hablemos del trasfondo de la historia; la magia, la fantasía y los problemas
que surgen de esta al chocar con el mundo moderno. Por suerte, aunque basado en
la fantasía clásica de hadas y magos, consigue que no tenga un aspecto
polvoriento y que se mezcle perfectamente con la época. Siempre habrá criaturas
ancladas en una forma de ser desfasada pero consigue retratarlo y adaptarlo al
nuevo medio, añadiendo además alguna bromilla entre tanta seriedad.
Uno
de los mejores aciertos que tiene la novela, es la forma de crear al mago,
tratándolo como un sabio al estilo MacGyver, y que no necesariamente tiene que
estar lanzando hechizos a diestro y siniestro, aunque hay alguno que otro—que sería de esta novela sin las explosiones
y hechizos sacados de la manga, aunque bien hilados en la mayor parte de las
ocasiones—.
Aunque
tiene su parte de sabio y poderoso mago, también nos damos cuenta de que también
tiene que pagar el alquiler y que en muchas ocasiones acaba con el agua al
cuello, lo que consigue que la parte de “Ey,
que estoy aquí y os voy a patear el culo con mis habilidades y poderes” no
sobrepase al propio mago y lo convierta en un cliché más.
Y
aquí viene uno de los dos problemas que más me han llamado la atención de la
novela. El primero de ellos es el poder explosivo y desmedido, donde de repente es capaz de
hacer lo que se le antoje, aun cuando parece que va contra las leyes que el
mismo autor ha forjado. Vamos, un DEUS EX
MACHINA en toda regla—que sí, que
luego esta exhausto y todo lo que quieras, pero resulta algo ilógico que se
saque poder de prácticamente la nada—. Intenta dar una explicación a esto
pero a mi me apreció más un remiendo mal hecho, pero que en cambio funciona muy
bien en la imagen general, por lo que si uno no analiza punto por punto,
consigue bien su efecto.
Y
por último, pero no menos importante, el segundo fallo que he notado
excesivamente en la novela, como son las faltas de ortografía y de construcción
de las frases. Teniendo en cuenta que las faltas de ortografía son algo
abundante y que no se si es cuestión de la edición, no aseguraré que toda
traducción al español de estas novelas sea igual, pero que mínimo que hacer
unas correcciones y unas cuantas lecturas para asegurarse de que no pasen por
el filtro errores tan obvios.
Esto
no queda aquí, porque además hay frases que no concuerdan consigo mismas,
quitándoles todo sentido, como si se hubiesen comido unas cuantas palabras y
dos frases que deberían estar separadas, acaban unidas de cualquier forma y
sentido.
Espero
que esto sea cosa del primer tomo al no tener tanto respaldo de la editorial,
pero es un fallo que lo único que consigue es devaluar la calidad de la novela,
y por muy buena que sea la historia pierde mucho y corta el ritmo de lectura —en mi caso por lo menos, que tengo la
costumbre de entender las frases que leo—.
En
definitiva, dejando de lado estos baches, es una novela ligera, amena y
divertida, que puedes leer tranquilamente en una tarde de lluvia. Solo por la
acción merece la pena leer este libro, y aunque no sé si llegaré hasta el final
de la saga —es extremadamente larga y
creo que no todos los libros están disponibles en español—, estoy seguro de
que al menos el próximo numero va a pasar a mi lista de próximas lecturas.
Y
con esto me despido hasta la próxima reseña, y que la fantasía nunca abandone
vuestra vida.
“Me llamo Harry Blackstone Copperfield Dresden. Invócalo
bajo tu responsabilidad. Cuando las cosas se ponen raras, cuando lo que da
miedo en la noche encienda la luz, cuando nadie pueda ayudarte, llámame. Estoy
en la guía.”
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