Título: El libro de la vida.
Autor: Deborah Harkness.
Género: Fantasía, aventura.
Año de publicación: 2014
Editorial: Debolsillo.
Saga/Autoconclusivo: Saga "All Souls" (3/3)
Nº de páginas: 685
P.V.P: 10,95€
Puntuación media: ★★★★★★★✩✩✩
(7,2/10)
-Trama:
★★★★★★★✩✩✩
-Personajes:
★★★★★★★★✩✩
-Longitud:
★★★★★★✩✩✩✩
-Estructura
y construcción del mundo: ★★★★★★★★✩✩
-Opinión
personal: ★★★★★★★✩✩✩
Con la tercera y última entrega,
“El libro de la vida” la trilogía de “All souls” finaliza por todo lo alto, en
una espiral de magia, ciencia, secretos y
medias verdades.
Aunque se nota de lejos que este
libro supone la culminación de una gran saga, y que su forma de escritura
madura aun más si cabe en este ultima entrega, debo reconocer que sigo pensando
que mi libro favorito es la sombra de la noche, ya que posee esa sensación polvorienta,
como de libro viejo y antiguo, susurrante y embriagador.
Este libro te atrapa de lleno en
un mundo que se acerca a su fin (no literalmente), en una encrucijada donde
mucho se perderá, aunque nueva vida surgirá, devolviendo el poder y esperanza a unas criaturas al borde de la extinción.
Si bien en la segunda parte de la
saga, se nos muestra un mundo repleto de magia, oscuridad, secretos, sombras y
miedo, en esta parte, en cambio, se muestran los más bajos instintos de las
criaturas, pues como se descubrirá, las criaturas no se diferencian tanto de
los humanos como se quería crecer hasta entonces.
“El libro de la vida”, muestra el lado opuesto
a estas emociones y poderes mundanos. La ciencia y el orden del mundo, el
descubrimiento de secretos más antiguos que el tiempo mismo, la unidad de la
familia y el esfuerzo por formar una y mantenerla en el tiempo a pesar de las
dificultades que se empeñan en despedazarla.
Demuestra que por las personas que
uno quiere, bien merece la pena luchar y darlo todo, y que la venganza a veces
esta justificada, aunque uno deba pagar un precio por dichos actos.
La presencia de este aspecto tan
“nuevo” como es la ciencia, en este caso la evolución, la genética y la biología,
que no solo no separa a las criaturas, sino que las une más allá de lo
imaginable.
También añaden toneladas de datos
sobre la genética e investigación de las criaturas que la mayor parte no
seguirá (yo entre ellos), pero sin dejar como estúpidos a los lectores. Incluso
Diana piensa que no ha entendido prácticamente nada cuando surgen estos debates
sobre genomas, evolución y posibilidades pasadas y futuras.
En mi opinión en este aspecto la
autora, no ha dejado indiferente a nadie con su forma de explicar el origen de
estas “criaturas”, alejándose de clichés de dioses creadores, diferencias
brutales entre los seres o generación espontánea sin motivo.
Y, aun así, no elimina esa aura
de misterio de tiempos remotos, donde dioses y fuerzas todopoderosas crean y
destruyen a placer. Le da un orden desordenado que causa una realidad mucho mas
impactante y asombrosa que si lo hubiese dejado a merced de unos poderes desconocidos.
Consigue que entre ambos aspectos
se descubran cosas que, por desgracia, por separado, hubiesen permanecido en
las sombras de la noche, provocando la muerte y el olvido.
Sin embargo, el desarrollo de la
magia no pierde fuerza en la ultima entrega de la saga, consigue alcanzar un
potencial aun mayor, más sutil y más realista.
La magia de los tejedores, los
secretos de lo vampiros y la iluminación de los daimones alcanza nuevas
proporciones, formando un telar donde todo empieza a tener sentido y la verdad
se va entretejiendo con el futuro y hechos pasados se van desenmarañando.
Aun así, debo reconocer que vampiros
y brujas tienen un papel fundamental en la trama de la novela, mientras que los
daimones, a mi parecer, quedan marginados a los bordes de las historias,
pudiendo haber tenido un papel mucho mas importante a la trama.
Dan la sensación
de ser como niños pequeños o locos que pintan entre cero y nada en las
negociaciones de la Congregación, como si el hecho de su lado “malo” (la demencia
y la locura) no fuese nada en comparación con la rabia de sangre y el poder de
los tejedores.
Al igual que
en el segundo libro, esto esta presente en todo momento. Se a los daimones como
seres infantiles y sin ninguna importancia.
Comienzan siendo
seres algo desquiciados pero que un conocimiento exagerado cuando son capaces
de utilizarlo, y, sin embargo, a medida que la historia se desarrolla, van perdiendo
el poco fuelle con el que partían, quedándose como meras anotaciones a pie de
pagina en las que nadie piensa.
Incluso
Hamish, uno de los amigos más cercanos a Matthew, acaba siendo prácticamente el
contable de la familia, dejando de lado su aspecto daimónico , como si se un
disfraz se tratase.
Sigo pensando
que se podía haber dado una importancia y un papel mayor a estas criaturas, más
allá de ser unos seres de escasa importancia más allá de ciertos aspectos genéticos,
y aun así, no vi que esto significase gran cosa.
También debo
decir que la trama del secretismo de la Congregación no se desarrolló como yo
esperaba. De repente y sin saber cómo, una vez conocida la verdadera razón de
su creación, empiezan a salir personajes que llevaban infringiéndola desde hace
cientos de años.
Y pienso que
esa aparición tan repentina, y que al final muchos sepan de la existencia unas
criaturas supuestamente invisibles para el mundo, sean conocidas por “tantos”.
Puede que esa
sea la intención de toda esta historia, que la Congregación no sea mas que un
grupo de seres que pretendieron contener algo tan grande con un “tratado” que
luego las criaturas se pasan por el forro.
Pero aun así
la aparición de todos estos personajes que defendían el tratado, pero que por
el otro lado hacia lo que apetecía, debería haber sido introducido desde antes
y con mucha más sutileza, por lo menos para que no pasase que al aparecer, te
quedes sin saber por dónde te vienen los golpes.
En definitiva, las criaturas no
son ni tan secretas, ni tan cerradas y limitadas como se dio a entender desde
el principio, esas barreras y supuestas limitaciones impuestas por la
Congregación cada vez parecen más débiles e incluso inexistentes.
Eso sí, el trato que se da a las
ultimas partes de este libro, dejando ver al lector que puede que en poco
tiempo estas criaturas dejarán de ser “secretas”, proponiendo que el lector
decida si el futro será horrible para las mismas o que provocara una época dorada
tanto para las “criaturas” como para los humanos.
En cuanto a los personajes
principales, Diana sigue su proceso de aprendizaje y aceptación de quien es en
realidad. Incluso sus momentos de poder brillante y turbulento comienzan a ser
controlados y enfocados, dejando atrás esos momentos de zozobra, como la muerte
de Juliette.
Esto no significa que la duda no
siga presente en ella, sino mas bien que empieza a comprender que hay cosas que
deben hacerse para salvar a aquellos que quieres.
Sigue teniendo momentos de
debilidad en los que no consigue hacer lo que debía y sin embargo sigue
adelante, hasta que por fin cumple su deber para con su familia en una explosión
de poder y justicia. Llegando a comprender el precio que debía pagar a la Diosa
por toda la ayuda prestada.
El caso opuesto es Matthew, que,
partiendo de la idea de macho alfa perpetuo, que todo lo controla y dirige,
pasamos a un vampiro mucho mas humano, mas consciente de lo que tiene que
perder y que sufre por el control de su razón, pero al mismo tiempo sigue
luchando para salvarse tanto a si mismo como a los que quiere.
Dejando atrás penas, que, aunque seguirán
formando parte de él, no lo hundirán en la oscuridad con tanta facilidad. Vemos
momentos de debilidad extrema donde debe dejar que otros luchen por él, dejando
el control en manos de quien confía, y sacrificando su cordura y salud por
obtener una seguridad más permanente para su familia.
Tras la historia principal se ve a
un ser que sigue luchando por sobrevivir, pro que con la historia no acaban
todos los problemas, pero que, sin embargo, permite que aquellos a quienes
protege también lo ayuden, dejando que los demás luchen sus guerras.
Uno de los puntos que mas me
llamaron la atención es la comparación del descontrol de la rabia de sangre con
los momentos de absoluto poder de Diana. En esos momentos, Diana no piensa
razonadamente, sino que se deja llevar por sus sensaciones (al igual que en el
caso de la rabia de sangre), siendo casi incapaz de controlar su fuerza por si
misma.
Se ve el papel invertido que
tenia Diana en ayudar a Matthew a dominar la rabia de sangre, al mismo tiempo
que, quisiera o no, era la causante de dichos impulsos.
Al mismo tiempo Matthew ayuda a
evitar el descontrol de Diana en estos tiempos, al igual que ella lo hizo en el
pasado. Esto da un aire de equilibrio, de que tanto en la luz hay oscuridad y
en la oscuridad luz.
Si os gustaron los dos libros
anteriores, no dejéis de leer esta ultima entrega. Tiene una historia mucho más
madura y un tiempo que no se hace eterno ni causa acciones ininterrumpidas que
no se sabe por dónde han venido (salvo esas pinceladas).
El final, aunque ligeramente
abierto, ya que deja al lector la tarea de decidir como quiere que prosiga la
historia, deja atado los cabos suficientes para que dé esa agradable sensación
de historia cerrada (de “final feliz”), sin caer en la construcción de un
cubículo cerrado a cal y canto, del que no se puede salir.
“El libro de la vida” cierra el ultimo
nudo, un nudo que trae tanto la vida como la muerte.
“Pues rabiarán
las tormentas y rugirán los océanos.
Cuando Gabriel
pare en mar y tierra.
y soplando su
maravilloso cuerno,
viejos mundos
morirán y otros nuevos nacerán.
y los que vivan
por siempre temerán
y la cola del dragón
en la mente tendrán,
más el tiempo
borra la memoria.
y antes de que
la raza se vuelva a construir,
una serpiente
plateada saldrá a relucir
escupiendo hombres
de apariencia desconocida
para mezclarse
con aquellos de la tierra endurecida
por su propio
calor; y estos hombres vendrán
y las mentes
del hombre futuro iluminaran.”