Título: La sombra de la noche.
Autor: Deborah Harkness.
Género: Fantasia, aventura, ficción, histórica.
Año de publicación: 2013
Editorial: Debolsillo
Saga/Autoconclusivo: Saga "All Souls" (2/3)
Nº de páginas: 777
P.V.P: 11,95€
"El pasado no tiene cura"
Isabel I, Reina de Inglaterra.
★★★★✩ Acabo
de terminar de leer “La sombra de la noche”, inmediatamente después de “El
descubrimiento de las brujas” y reconozco que para mí es el mejor libro de toda
la trilogía.
No solo se nota que alcanza una madurez aun mayor que la primera
parte, sino que, además, el libro se llena aún mas de secretos, tramas, magia
mucho más fluida y el descubrimiento de secretos y verdades que nos esperaron
desde el primer tomo.
Otra
de las cosas que mas me gustaron de este libro, es la dirección que toma la
relación de Matthew y Diana. En el primer tomo, Diana, parece ser llevada de un
lado a otro, por fuerzas ajenas a ella, siempre controlada por los demás.
En
cambio, en este libro empieza a plantar los pies y decidir por si misma, al
mismo tiempo que comienza a entenderse a si misma, su pasado y su propia magia.
En
cambio, Matthew, parece sumirse aún más en la desesperación, el miedo, los
remordimientos y la obsesión con mantener el control sobre todos los factores.
Sin embargo, también se ve un claro avance en lo que a actitud se refiere,
dando un balance al equilibrio de poder de la pareja que en el primer libro
pasaba desapercibido.
A
su vez, esta novela se desarrolla casi de forma total en el pasado, exactamente
en la Europa de 1590, salvo por algunas pinceladas sobre los personajes
secundarios en el presente.
El
trato que se da a los viajes en el tiempo y su uso me parece un poco simple, no
la forma en que se produce, sino la facilidad que tiene Diana para realizarlos,
después de haber pasado su vida entera renegando y conteniendo sus habilidades,
llega y con unos cuantos intentos, consiga retroceder prácticamente 500 años,
por mucha capacidad y potencial que tenga.
El
método como tal es bello, no lo voy a negar, emplea como detonante de sus
poderes, los recuerdos y sensaciones de un momento en concreto (además de la curiosidad
y el deseo), en este caso el olor a membrillos del Viejo Pabellón en 1590.
Pasamos
de una sociedad actual a la Inglaterra medieval, donde una ”nueva sociedad”
protestante debe enfrentarse a toda una Europa controlada por el catolicismo.
Por suerte este conflicto se ve desde ambos lados de conflictos, lo que da un
punto de vista no solo del conflicto, sino de los hilos que se mueven en la
“sombra”, para promover los intereses de los que dirigen el poder, o incluso
mantener un conflicto apoyando a ambos combatientes.
Los
protagonistas llegan a un país dominado por el odio a aquellos que no forman
parte de su patria o religión. Donde los humanos temen a las brujas y demás
especies, e incluso a sus propios vecinos.
Los
acuerdos de la Congregación se ven a más profundidad, aunque también se ven las
numerosas grietas que esta organización posee, porque, aunque trate de defender
una total segregación entre “criaturas” y humanos, esto prácticamente no se
produce, muchos humanos conocen la existencia de las demás “especies”.
En
este viejo mundo conviven creencias cristianas con un paganismo denostado pero
que aun se profesa de una manera tan adaptada a esos nuevos tiempos, que ya
nadie recuerda los motivos originales de la razón ni el propósito de rituales y
practicas.
Una
de las coas que mas me han enamorado de este libro es la forma de ver los
tímidos comienzos de la revolución científica. Contamos con un personaje,
Diana, que ha dedicado casi toda su vida al estudio de la historia de la
alquimia como precursor de las ciencias actuales, los inicios del avance de las
ciencias y el misticismo y simbología atado al mismo.
Se
observa que los primitivos experimentos alquímicos eran los primeros casos en
los que los extraños y poco definibles efectos o creaciones no se tomaban por
brujería o por algo maligno, sino que veían más allá, dotándolo de un aura
natural, como parte del colosal universo natural, en vez de causado por fuerzas
externas y malignas.
Esto
no quiere decir que en todos estos “descubrimientos” o experimentos se supiera
la razón o motivos de su causa, sino que trataban de buscar esas leyes que lo
englobaban todo.
La
autora consigue aunar todo eso, junto con la magia y la criptobiología
perteneciente a todo este universo, dotando a la magia de un orden natural (no
tanto científico) que lo hilaba con todo lo que nos rodea, como si la magia no
fuese más que otra faceta mas del mundo o de un color o fuerza aun no
descubierta.
A
su vez, a pesar de esta “nueva era” de continuos descubrimientos, de la
eliminación de los tupidos velos que mantenían el oscurantismo medieval, se
puede observar la lucha continua contra lo desconocido, con la quema de
“brujas” como una patética expiación de desgracias que asolaban aquellos
tiempos.
El miedo llenaba la mente de las personas de brujas que maldecían y
causaban las desgracias mas horribles, de criaturas que devoraban a las
personas y personas “dominadas” o poseídas por demonios y espíritus perversos.
Todo
esto se ve con el transcurso de la novela, no tratándolo como algo malo per se,
sino como algo natural para la época en la que se encuentran, donde nadie
parece sentirse seguro en ningún lugar, y recurriesen a estas practicas como
medio para encerrar lo “malo” en un lugar donde no puedan alcanzarlos.
También
se observa que, aun así, con el rechazo de la parte “mística o mágica” como
algo demoniaco, la gente emplea técnicas de dudosa procedencia, como electuarios
como panaceas universales, bezoares milagrosos, y utensilios que aumentan o
potencian dichas preparaciones, como cucharas de asta o cálices hechos con
“cuernos de unicornio”.
Aun
así, se refiere, como en el primer libro, los falsos mitos de las “criaturas”,
no para descubrir su funcionamiento sino como el que pone un nombre y
características falsas que le hacen sentir mas seguro, encerrando algo mucho
mas grande en un recinto del tamaño adecuado para que puedan “convivir” con
esas criaturas.
También
incluso dentro de las demás “especies” se ven los aspectos mas bajos de la
humanidad, como la utilización de cualquier método, por horrible que sea, para
conseguir conocimientos o poder sobre otros.
Esta
serie de pensamientos e ideas plasmados en las páginas de esta saga permite
ampliar un poco la forma de ver y comprender el mundo desde un punto de vista
intermedio, no solo por medio de la ciencia, pero tampoco dejando a esta de
lado, sino como si en el mundo existiesen mas cosas que las que vemos o creemos
ver, una mezcla de ambas creencias y conocimientos, formando un todo unificado
que da sentido a todo.
Esto
se consigue mediante la aparición de fuerzas y personajes “nuevos”, permite
conocer no solo la historia pasada de las criaturas, sino que también el
presente y posible futuro de las mismas.
Con esta visita al pasado, no solo se
siguen descubriendo capa tras capa de secretos, mentiras y medias verdades,
sino que también incluyen momentos en los que se menciona (de forma fugaz) la
existencia de otras criaturas, diferentes de las ya existentes, de tiempos
remotos, aunque ya extintas.
Las
leyes y normas vampíricas se comprenden mucho mejor en este libro, añadiendo
mas y mas anotaciones y preguntas a los bordes de tan enorme sistema de
jerarquías, penas, enemistades y alianzas. Cada vez me parece mas una sociedad
formada por animales racionales, que aun conservan sus instintos naturales, por
que esta claro que son animales, o que al menos tienen esa parte animal mucho más
desarrollada y entrenada.
El
trato o conocimiento de Diana respecto a lo que es ser una bruja, abre sus
horizontes, ya que esa aura manchada que fortalecía los instintos defensivos de
Diana contra la magia palidecía al encontrar más miembros de su especie con
propósitos buenos o al menos no tóxicos y venenosos, como ella había podido ver
en Peter Knox y Gillian Chamberlain, la bruja que murió a manos de Matthew.
Esto
no quiere decir que el viaje al pasado este lleno de brujas y brujos deseosos
de hacer el bien, sino que solo muestra que no todo ser proviene de las mismas
raíces envenenadas, sino que al igual que en la humanidad cada uno es de su
padre y de su madre, con lo que no se puede juzgar a muchos por los motivos o
acciones de unos pocos.
En
definitiva, esta novela es mucho más compleja y rica en matices de lo que fue
su predecesora, por lo que aún está por ver cómo nos sorprenderá Deborah
Harkness en la ultima entrega de esta saga.
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