Título: La tierra murmura en si bemol.
Autor: Mari Strachan
Género: Realismo mágico, ficción.
Año de publicación: 2012
Editorial: Espasa
Saga/Autoconclusivo: Autoconclusivo
Nº de páginas: 334
P.V.P: 19,90€
Puntuación media: ★★★★★★★★✩✩ (8,4/10)
-Trama:
★★★★★★★★✩✩
-Personajes: ★★★★★★★★★✩
-Longitud: ★★★★★★★★✩✩
-Estructura y construcción del
mundo: ★★★★★★★★✩✩
-Opinión personal: ★★★★★★★★★✩Así comienza la historia de Gwenni, una niña, que ve el mundo a través de sus propios ojos, de una forma inocente y exenta de prejuicios.
Todo comienza con uno de los
vuelos nocturnos que realiza Gwenni, en la que ve un hombre flotando en un depósito de agua. Este encuentro
es el principio de un efecto dominó en
el que Gwenni deberá afrontar a su manera
problemas adultos, todo a través de la mirada de una niña que desea conocer
y entender lo que la rodea.
En esta historia en primera
persona, se descubre la realidad que circunnavega a la encantadora Gwenni, mostrando
cada pequeño atisbo de curiosidad, ingenio e imaginación. A través de sus
pensamientos pude descubrir pequeños atisbos de la verdad, que la autora deja
entrever en la narración, como relaciones toxicas, problemas mentales y abusos
físicos, entre otras muchas más realidades que encajan para formar un tapiz que
muestra una sociedad de finales del siglo XX.
Esta novela permite sumergirse
desde un principio, ya que es muy fácil fundirse en la historia, hasta acabar
formando parte indirecta de ella. He de reconocer que llegue a sentir pena,
angustia e incluso la misma ternura que
al contemplar a un niño pequeño, cuando te ofrece un vistazo a su colorido
mundo. Y sin embargo, la autora consigue mostrar un personaje que a pesar de su
inexperiencia e inocencia en un mundo aun ajeno a ella, va construyendo su
realidad y entendiéndola de una forma que provocó mi total admiración ante esa
forma de conservar esa inocencia antes las dificultades que uno puede
encontrarse en la vida.
Gwenni se pregunta cosas en un
lugar donde se te llama “peculiar” o “rara” por preguntar cosas de las que
nadie habla (aunque todo el mundo lo sepa), y esto, por suerte, no consigue
aplacar ni destruir esta ansia de verdad, de comprender el mundo en definitiva,
sino que provoca una necesidad de saber cómo funciona su mundo y el porqué de
esas cosas, porque son así, porque no hacerlas de otra manera.
Como bien antes dije, Gwenni va
comprendiendo el mundo que la rodea, actuando frente a él de una manera que
provoca que uno se sienta realmente
orgulloso de este personaje, pues este es uno de los mejores puntos de este
libro, que no es otro que ver y tratar de comprender como actúa en consecuencia
de los actos y experiencias que ella toma, al mismo tiempo que el lector puede
leer detrás de ellas, comprendiendo mucho mejor el mundo de la historia.
Otro punto a destacar de esta
novela son los personajes tan diferentes y bien construidos que conforman cada
punto de la trama. Entre los personajes que más llamaron mi atención, esta
Emlyn, el padre de Gwenni (que ella apoda Tada), un personaje que de primeras
me pareció plano y de escasa importancia para la historia, ya que en un
principio su actuación en la vida familiar se reducía a una suerte de
comentarios insulsos, como los de quien no está enterado de los problemas que
ocurren a su alrededor, incluso dando la sensación de que los ignora.
Pero al igual que Gwenni, se ve el avance y la profundidad de este personaje y la compresión que tiene sobre su hija y como la empuja suave y dulcemente a que comprenda la realidad de la familia. He de decir ve que aunque sea un tipo duro, con una vida realmente complicada (que yo no sé como hubiera reaccionado), aun conserva una forma de ver el mundo muy dulce, y que provoca una calidez al tratar de hacer que su hija avance, realmente encantadora.
Pero al igual que Gwenni, se ve el avance y la profundidad de este personaje y la compresión que tiene sobre su hija y como la empuja suave y dulcemente a que comprenda la realidad de la familia. He de decir ve que aunque sea un tipo duro, con una vida realmente complicada (que yo no sé como hubiera reaccionado), aun conserva una forma de ver el mundo muy dulce, y que provoca una calidez al tratar de hacer que su hija avance, realmente encantadora.
Otro personaje que mas me llamo
la atención, esta vez en su sentido despectivo, es la madre y la hermana de la
protagonista. La madre comienza como una persona empecinada en mantener una
apariencia de perfecta corrección frente a las gente del pueblo, llegando
muchas veces a provocar que piense porque trata así a su propia hija, por muy
anclada en unos valores polvorientos y apolillados que sean comunes en esa
sociedad.
Me dio la sensación que a medida
que avanza el libro ve a la niña como una carga e incluso como un estigma que
tiene que soportar. Además mediante la relación con su hija, se puede ver la
escasa atención que pone a su vida familiar, es decir, deja ver que su
preocupación por su familia no es otra que la preocupación por ella misma,
queriendo satisfacer sus propios anhelos por encima de todo lo demás, caiga
quien caiga (al menos a mi parecer).
Aunque a medida que la historia
se desarrolla se van viendo las distintas grietas de la fachada de la madre,
comenzando con un nerviosismo extremadamente exagerado ante cualquier ruptura
de lo que ella considera normal, ya sean chismes, ideas o pensamientos que le
expone Gwenni, soltando perlas como “No seas tonta, Gwenni”, “No querrás que la
gente te llame rara, ¿Verdad?”, hasta llegar a soltar comentarios de lo más
hiriente para un niña de 12 años.
Además se nota desde el comienzo que es una
mujer nerviosa y que estalla con mucha facilidad, llegando a contestar de forma
muy desagradable y con una ira apenas contenida, lo que me dio que pensar sobre
que había detrás de esta mujer, que provoca esa forma de ser tan angulosa, cuadriculada
y en muchas ocasiones destructora.
En las etapas finales pierde por
completo el escaso control que tiene, debido a la enfermedad mental que desarrolla por el descubrimiento del cadáver
en el depósito de agua, provocando que se hunda en una espiral de locura, que
ponga de manifiesto la inestabilidad que habitaba dentro de ella, y que solo
necesitaba de una mínima perturbación para dejarse ver.
Aunque he de reconocer, que
gracias a la rotura fachada de pintura y normalidad fingidas, en la que se ve
una imagen de la locura y las enfermedades mentales tan bien tratada que se comprende
e incluso pude llegar a vislumbrar los motivos que lo dieron pie, aunque
también impulsado por el comportamiento humano frente a circunstancias de las
que no se suele hablar a viva voz.
Sin embargo, Bethan, la hermana
de Gwenni no alcanza el nivel de profundidad que dan otros personajes, sí que
es verdad que se muestran atisbos de maduración, pero nunca acaban de cuajar del
todo.
En un principio tiene el cliché de adolescente amargada que paga el pato con su hermana pequeña, como si estuviese furiosa por su forma de ver la realidad. E incluso cuando se enfrenta a una verdad dolorosa, lo paga con su hermana, como si ella hubiera abierto una caja de Pandora y hubiese liberado a todos los males del mundo, negándose a aceptar que su mundo sea así, que nadie tenga una culpa total sobre ello, e incluso negando la realidad y endulzándola de la manera que mejor la parezca, cambiando de opinión en cuanto consigue sobreponerse de nuevo esa realidad.
Sin embargo el final de su parte de la historia te deja un poco como a la espera de un cambio o algún apunte de que realmente ha cambiado, pero sin embargo se desliza por los bordes de la historia y consigue por lo que yo creo, alejarse de su problema y los detonantes que provocan su recuerdo. Siendo sincero es uno de los personajes que menos me llamaron de la historia.
En un principio tiene el cliché de adolescente amargada que paga el pato con su hermana pequeña, como si estuviese furiosa por su forma de ver la realidad. E incluso cuando se enfrenta a una verdad dolorosa, lo paga con su hermana, como si ella hubiera abierto una caja de Pandora y hubiese liberado a todos los males del mundo, negándose a aceptar que su mundo sea así, que nadie tenga una culpa total sobre ello, e incluso negando la realidad y endulzándola de la manera que mejor la parezca, cambiando de opinión en cuanto consigue sobreponerse de nuevo esa realidad.
Sin embargo el final de su parte de la historia te deja un poco como a la espera de un cambio o algún apunte de que realmente ha cambiado, pero sin embargo se desliza por los bordes de la historia y consigue por lo que yo creo, alejarse de su problema y los detonantes que provocan su recuerdo. Siendo sincero es uno de los personajes que menos me llamaron de la historia.
Esta novela muestra también,
aunque de forma algo difusa y algo mas secundario, los efectos a posteriori de
las guerras (la Segunda Guerra Mundial, sobretodo), las enfermedades mentales,
violencia domestica, cargas que soporta la gente que acaba destruyéndolas por
completo, suicidio, e incluso la imagen de inocencias destruidas, que aunque a
pequeña escala se marcan en un segundo plano, a fin de que el lector escarbe y
razone sobre ellas.
La visión de la niña en primera persona permite ver como la inocencia se enfrenta a la realidad, haciendo preguntas como “¿Por qué lo hizo?”, “¿Por qué nadie me lo cuenta?” o con perlas de entendimiento que nos ofrece la pequeña protagonista, bien sea con el descubrimiento de los secretos o problemas del mundo, con pensamientos negativos causados por la ira de su madre (“¿Y si en realidad soy mala, de verdad?”) y su enfrentamiento ante esta realidad de una forma totalmente inesperada.
La visión de la niña en primera persona permite ver como la inocencia se enfrenta a la realidad, haciendo preguntas como “¿Por qué lo hizo?”, “¿Por qué nadie me lo cuenta?” o con perlas de entendimiento que nos ofrece la pequeña protagonista, bien sea con el descubrimiento de los secretos o problemas del mundo, con pensamientos negativos causados por la ira de su madre (“¿Y si en realidad soy mala, de verdad?”) y su enfrentamiento ante esta realidad de una forma totalmente inesperada.
Mary Strachan consigue describir
una realidad tan completa y rica en matices en los que uno puede perderse
deliciosamente, acompañado de una bebida caliente, como complemento a una novela que te atrapa y te arropa y que
te obliga a seguir leyendo para adentrarse aun mas en ese mundo. Posee un ritmo
que facilita muchísimo la inmersión y que evita el fatídico aburrimiento de
lecturas demasiado pausadas y lentas y el desconcertante avance de lecturas
demasiado aceleradas. En definitiva es una novela absolutamente recomendable,
que puede leerse a cualquier edad, ya que siempre tendrá perlas que agraden a
cualquier público.
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