lunes, 15 de abril de 2019

El ladrón de las sombras. Alexey Pehov


Título: El ladrón de las sombras.
Autor: Alexey Pehov.
Año de publicación: 2002.
Editorial: Minotauro.
Saga/Autoconclusivo: Saga “Las crónicas de Siala” (1/3)
Nº de páginas: 399.
P.V.P: 8,95
Puntuación media: ★★★★★✩ (5/10)
            -Trama: ★★★
            -Personajes: ★★★★
            -Longitud: ★★★★★
            -Estructura y construcción del mundo: ★★★★★★★✩✩
            -Opinión personal: ★★★★★

Bienvenidos todos a una nueva reseña, de un libro fascinante, dinámico, estrambótico y fastuoso. Un libro que recomendaría a todo el mundo, a cualquier persona Qué ves a una persona por la calle a la que no conoces de nada, ¡recomiéndaselo! Que tu peor enemigo viene a tu casa a cenar, ¡Estámpaselo en la cara!Son todo ventajas, ¿Verdad? 

Pues no, para que mentir, no es un libro que se pueda disfrutar por todo el público, es más un libro destinado a los amantes trágicos y apasionados de la fantasía épica y los juegos de rol, es más, creo que se han hecho juegos de rol y proyectos de videojuegos, por lo que investigué sobre el autor ruso.

¿Es un buen libro? Si, con ciertas excepciones. Uno no puede leer fantasía épica, y pretender que solo va a ser un tranquilo y apacible paseo por un campo repleto de césped y margaritas ondeando entre la cálida brisa estival.

Es sangre, muerte, batallas épicas donde la muerte está asegurada, grandes poderes, armas a millares, pero sobre todo la epicidad desbordante, una sensación de importancia en cada acto, cada frase que te erice los pelos de la nuca. 


Principalmente por eso este libro ha recibido por mi parte tan pocas estrellas. No voy a negar que consigue ser épico, pero al mismo tiempo estos momentos son dos en toda la novela, y prácticamente son momentos secundarios en cuanto a la trama principal se refiere. Porque ahí radica la principal diferencia de esta novela, es épico y al mismo tiempo terriblemente lento. 

En otras historias de este estilo, como “El señor de los anillos” de J.R.R.Tolkien, el ritmo no es precisamente ágil, pero hay momentos de epicidad pura y dura, con lo que la balanza se equilibra un poco en cuanto a la lectura se refiere. Sin embargo, con “El ladrón de las sombras” , me he encontrado con un intento de producir la misma chispa, pero se queda en eso, un intento, y creedme cuando os digo que esto se da en la novela en varias ocasiones.

Pongamos ejemplos. La ruptura de la cuarta pared. En esta novela es el propio protagonista, Harold—lo sé, tiene nombre de cuarentón regordete—, el que nos narra su historia, y aunque en un principio pueda dar la sensación de cercanía entre el protagonista y el lector, a raíz de ciertos monólogos internos, da la impresión de que habla con una pared, y al momento siguiente que habla con un grupo de turistas al que se les tiene que explicar todo.


Y para no pecar de novedad o de imaginación, al principio de la historia, nos describe la ciudad, como si acabase de llegar a ella de vacaciones y me la estuviesen presentando. Reconozco que en fantasía se tiende a proporcionar unas descripciones kilométricas sobre cualquier cosa que le pueda resultar interesante al autor, pero hay ciertos límites, y a partir de la septuagésima quinta referencia sin sentido, pues hombre, me acabo perdiendo un poco. —Que si esta estatua es de tal, que si es como una sanguijuela de no sé qué rio de no recuerdo cual rincón perdido de la mano de los dioses—

Y por si esto no fuera poco, me he encontrado con tantos clichés que casi no se podía leer lo que había detrás. —Un reino, con sus más y sus menos, un enemigo inmortal que aguarda contenido en el norte del reino, pero que casualmente esta cobrando fuerza, elfos y orcos, trasgos, magos y caballeros de los colores y tamaños— Vamos que casi pensé estar leyendo una partida de rol.

Eso por no hablar sobre el “ENEMIGO” al que hay que hacer frente, la sombra que atenta contra la vida comienza a perder fuelle aun antes de que lo comencemos a ver más claramente. Eso sí, nos da a cambio otro ser malvado, aun más poderoso y mil veces más taimado y perverso.


Y lo que más me exaspera con esta saga es la trama kilométrica, la cual no termina hasta que acabas el ultimo libro de la saga; en el final del primer libro la trama ni ha acabado ni tiene pintar de dejarse ver por el momento. —Vamos que seguramente fuese planeado como novela autoconclusiva, pero que económicamente salía más rentable su división en tres tomos. En toda la novela avanzaban a ritmo de caracol, y cuando ves que todas las vueltas y embrollos que has dado dentro de la historia, no tiene meta, aunque sea para dejar atado el primer libro, pues consigue que te empaches y las ganas de continuar la saga mermen significativamente.

Y aunque el autor pretenda aligerar la historia con un poco de humor, esto no parece alcanzar buen puerto, porque no recuerdo haberme reído  con ninguna de las bromas, tanto sutiles como directas
Esto no  quiere decir que no vaya a leer el resto de la saga, pero si que necesitaré de tiempo y más lecturas entre medias para no perder las ganas de finalizarla.

Y pasemos a los puntos bueno, aquellos que han conseguido que siga teniendo ganas de leer el resto. Y no es otro que la magia. No quiero decir con esto que el desarrollo sea brutal e innovador, pues la mecánica no es muy novedosa, pero si resulta misteriosa y lo suficientemente amplia como para que podamos conocer mas de ella, aunque no entendamos su jerga. Los dos tipos de magia principales son fuerzas contrapuestas que se complementan de una forma bastante curiosa. La cantidad de anécdotas, criaturas y objetos mágicos esta demasiado bien construida, y al mismo tiempo que todas las anécdotas agotan al lector, esas pocas, a mi por lo menos, consiguieron que siguiese leyendo el libro.

Por suerte, las criaturas fantásticas clásicas tienen su vuelta de tuerca, y las inventadas por el autor están bien atadas y relacionadas entre sí. Así como los personajes, que aunque en un principio puedan parecer usados y desgastados por los bordes, hacia el final de la novela comenzamos a verlos mas tridimensionalmente, con mas detalle. Eso si contar con la gran cantidad de mini historias que pueblan la historia, desde profecías a sucesos históricos.

En fin, que si eres de esos lectores/as que disfrutan de la literatura fantástica clásica, pero al mismo tiempo busca algún punto de novedad en la historia, te recomiendo leer este libro, y al resto, a los que no consigáis sacarle todo el jugo a la historia, cerrad el libro y a otra cosa —Será por libros—.
Y aquí me despido, hasta la próxima reseña y que la fantasía nunca abandone vuestra vida.


“Las sombras de la noche sin un refugio para todos: para las buenas gentes de la ciudad, que se ocultan temerosas de hombres peligrosos; para los rateros, cuyo único deseo es limpiar lo antes posible las bolsas de los ciudadanos respetables; para los ladrones, que aguardan a que se presente la ocasión de hacer uso de sus cuchillos y, claro está, para los demonios que vivían en esas oscuras sombras y que se cebaban con igual satisfacción de los buenos ciudadanos, los rateros y los ladrones.”

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