Título: El ladrón de
las sombras.
Autor: Alexey
Pehov.
Año de publicación: 2002.
Editorial: Minotauro.
Saga/Autoconclusivo: Saga “Las crónicas de Siala” (1/3)
Nº de páginas: 399.
P.V.P: 8,95€
Puntuación media: ★★★★★✩✩✩✩✩
(5/10)
-Trama:
★★★✩✩✩✩✩✩✩
-Personajes:
★★★★✩✩✩✩✩✩
-Longitud:
★★★★★✩✩✩✩✩
-Estructura
y construcción del mundo: ★★★★★★★★✩✩
-Opinión
personal: ★★★★★✩✩✩✩✩
Bienvenidos todos a una nueva reseña, de un libro fascinante, dinámico, estrambótico y fastuoso. Un libro que recomendaría a todo el mundo, a cualquier persona —Qué ves a una persona por la calle a la que no conoces de nada, ¡recomiéndaselo! Que tu peor enemigo viene a tu casa a cenar, ¡Estámpaselo en la cara! — Son todo ventajas, ¿Verdad?
Pues
no, para que mentir, no es un libro que se pueda disfrutar por todo el público,
es más un libro destinado a los amantes trágicos y apasionados de la fantasía
épica y los juegos de rol, es más, creo que se han hecho juegos de rol y
proyectos de videojuegos, por lo que investigué sobre el autor ruso.
¿Es
un buen libro? Si, con ciertas excepciones. Uno no puede leer fantasía épica, y
pretender que solo va a ser un tranquilo y apacible paseo por un campo repleto
de césped y margaritas ondeando entre la cálida brisa estival.
Es
sangre, muerte, batallas épicas donde la muerte está asegurada, grandes
poderes, armas a millares, pero sobre todo la epicidad desbordante, una
sensación de importancia en cada acto, cada frase que te erice los pelos de la
nuca.
Principalmente
por eso este libro ha recibido por mi parte tan pocas estrellas. No voy a negar
que consigue ser épico, pero al mismo tiempo estos momentos son dos en toda la
novela, y prácticamente son momentos secundarios en cuanto a la trama principal
se refiere. Porque ahí radica la principal diferencia de esta novela, es épico
y al mismo tiempo terriblemente lento.
En
otras historias de este estilo, como “El señor de los anillos” de
J.R.R.Tolkien, el ritmo no es precisamente ágil, pero hay momentos de epicidad
pura y dura, con lo que la balanza se equilibra un poco en cuanto a la lectura
se refiere. Sin embargo, con “El ladrón de las sombras” , me he encontrado con
un intento de producir la misma chispa, pero se queda en eso, un intento, y
creedme cuando os digo que esto se da en la novela en varias ocasiones.
Pongamos
ejemplos. La ruptura de la cuarta pared. En esta novela es el propio protagonista,
Harold—lo sé, tiene nombre de cuarentón regordete—, el que nos narra su
historia, y aunque en un principio pueda dar la sensación de cercanía entre el
protagonista y el lector, a raíz de ciertos monólogos internos, da la impresión
de que habla con una pared, y al momento siguiente que habla con un grupo de
turistas al que se les tiene que explicar todo.
Y
para no pecar de novedad o de imaginación, al principio de la historia, nos
describe la ciudad, como si acabase de llegar a ella de vacaciones y me la
estuviesen presentando. Reconozco que en fantasía se tiende a proporcionar unas
descripciones kilométricas sobre cualquier cosa que le pueda resultar
interesante al autor, pero hay ciertos límites, y a partir de la septuagésima
quinta referencia sin sentido, pues hombre, me acabo perdiendo un poco. —Que si
esta estatua es de tal, que si es como una sanguijuela de no sé qué rio de no
recuerdo cual rincón perdido de la mano de los dioses—
Y
por si esto no fuera poco, me he encontrado con tantos clichés que casi no se
podía leer lo que había detrás. —Un reino, con sus más y sus menos, un enemigo
inmortal que aguarda contenido en el norte del reino, pero que casualmente esta
cobrando fuerza, elfos y orcos, trasgos, magos y caballeros de los colores y
tamaños— Vamos que casi pensé estar leyendo una partida de rol.
Eso
por no hablar sobre el “ENEMIGO” al que hay que hacer frente, la sombra que
atenta contra la vida comienza a perder fuelle aun antes de que lo comencemos a
ver más claramente. Eso sí, nos da a cambio otro ser malvado, aun más poderoso
y mil veces más taimado y perverso.
Y
lo que más me exaspera con esta saga es la trama kilométrica, la cual no
termina hasta que acabas el ultimo libro de la saga; en el final del primer
libro la trama ni ha acabado ni tiene pintar de dejarse ver por el momento.
—Vamos que seguramente fuese planeado como novela autoconclusiva, pero que
económicamente salía más rentable su división en tres tomos. En toda la novela
avanzaban a ritmo de caracol, y cuando ves que todas las vueltas y embrollos
que has dado dentro de la historia, no tiene meta, aunque sea para dejar atado
el primer libro, pues consigue que te empaches y las ganas de continuar la saga
mermen significativamente.
Y
aunque el autor pretenda aligerar la historia con un poco de humor, esto no
parece alcanzar buen puerto, porque no recuerdo haberme reído con ninguna de
las bromas, tanto sutiles como directas
Esto
no quiere decir que no vaya a leer el
resto de la saga, pero si que necesitaré de tiempo y más lecturas entre medias
para no perder las ganas de finalizarla.
Y
pasemos a los puntos bueno, aquellos que han conseguido que siga teniendo ganas
de leer el resto. Y no es otro que la magia. No quiero decir con esto que el
desarrollo sea brutal e innovador, pues la mecánica no es muy novedosa, pero si
resulta misteriosa y lo suficientemente amplia como para que podamos conocer
mas de ella, aunque no entendamos su jerga. Los dos tipos de magia principales
son fuerzas contrapuestas que se complementan de una forma bastante curiosa. La
cantidad de anécdotas, criaturas y objetos mágicos esta demasiado bien construida,
y al mismo tiempo que todas las anécdotas agotan al lector, esas pocas, a mi
por lo menos, consiguieron que siguiese leyendo el libro.
Por
suerte, las criaturas fantásticas clásicas tienen su vuelta de tuerca, y las
inventadas por el autor están bien atadas y relacionadas entre sí. Así como los
personajes, que aunque en un principio puedan parecer usados y desgastados por
los bordes, hacia el final de la novela comenzamos a verlos mas
tridimensionalmente, con mas detalle. Eso si contar con la gran cantidad de
mini historias que pueblan la historia, desde profecías a sucesos históricos.
En
fin, que si eres de esos lectores/as que disfrutan de la literatura fantástica
clásica, pero al mismo tiempo busca algún punto de novedad en la historia, te
recomiendo leer este libro, y al resto, a los que no consigáis sacarle todo el
jugo a la historia, cerrad el libro y a otra cosa —Será por libros—.
Y
aquí me despido, hasta la próxima reseña y que la fantasía nunca abandone
vuestra vida.
“Las
sombras de la noche sin un refugio para todos: para las buenas gentes de la
ciudad, que se ocultan temerosas de hombres peligrosos; para los rateros, cuyo
único deseo es limpiar lo antes posible las bolsas de los ciudadanos
respetables; para los ladrones, que aguardan a que se presente la ocasión de
hacer uso de sus cuchillos y, claro está, para los demonios que vivían en esas
oscuras sombras y que se cebaban con igual satisfacción de los buenos
ciudadanos, los rateros y los ladrones.”
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