Título: Tres enanos y pico.
Autor: Ángel Sanchidrián.
Año de
publicación: 2017.
Editorial: Planeta.
Saga/Autoconclusivo:
Autoconclusivo.
Nº de páginas: 477.
P.V.P: 17,90€
★★★★✩
-Una guerra se acerca…Tiempos convulsos agitan la
tierra…Entre los elevados y sabios elfos, los duros y letales enanos, los
temibles y apestosos orcos, trolls y trollcos y bueno…los humanos surgirán viejas
rencillas, alianzas nuevas darán muerte a antiguas amistades y en honorables
batallas se decidirá el desti…-
-¿Pero
qué gilipollez es esta? Quién se va a creer toda esta mierda, ¿quién demonios a
escrito esto?-
-Yo-
respondió con un hilillo de voz un hombre sudoroso y rosado como un cerdo.
-Pues
que sepas que esto no sirve ni para limpiarse el culo. Manda cojones, vaya
gentuza contratan últimamente…Eso sí, otra memez como esta y te mando de una patada
hasta la puta calle.-
(El
hombre se marchó llorando como una adolescente a la que acaban de matar al precioso
vampiro de su saga literaria favorita)
-Como
siempre…, me tocará a mi joderme y tener que sacar algo decente de entre tanta
cochambre. Lo que tiene que hacer uno para ganarse el pan, manda huevos…-
Ante
todo, pedirles disculpas a mis queridos lectores (si es que aún queda alguno)
por esta interrupción, pero uno no es de piedra y ya se sabe, ante la
imbecilidad, puñetazo en la cara. Pero no nos desviemos del tema que me
disperso como el pedo de un grongo de las cavernas.
Este
libro no habla de caballeros y doncellas, de apuestos guerreros y reyes
bondadosos. Entre las paginas solo encontraras inmundicia, peleas, borrachos…eso
sí, todo regado con un humor acido y en ocasiones algo estúpido.
Comencemos
desmenuzando al protagonista de la novela (al menos durante la mitad de la
novela, luego pasa que, si uno es imbécil, pues claro, te dejan de lado, por
muy protagonista que seas), que no es otro que Wifo Medroso, estudiante de “enanología”
y becado para estudiar la cultura y costumbres de los enanos de Villa Trifulcas.
Es
un chico vegano, enfermizo, delicado a más no poder y con la capacidad física de
una mesa de cartulina. Esta claro que el prototipo de héroe se lo han pasado
por las joyas de la corona. Eso es algo que Ángel Sanchidrián es capaz de hacer
con una maestría nunca vista. Es capaz de burlarse de cada problema de la
sociedad, cada situación común y todas las cosas que te puedas imaginar.
Aunque
en ocasiones las bromas me llegaron a saturar, es cierto que cuando me topé de primeras
con este libro no pude sino reírme como un enano (nunca mejor dicho) ante las
exageraciones y burlas que pueblan las páginas de este libro.
No
solo eso, sino que además esta llenito de referencias a la cultura geek, sobre
todo a la rama de la fantasía. Abundan las menciones sobre “El señor de los
anillos”, “Canción de hielo y fuego”, “Dragones y mazmorras” entre toda la plétora
de libros, comic, películas y series de este género.
“-¿Qué
me decís?¿Venís conmigo?
-¡Cuenta
con mi hacha!-vociferó Riñas.
-¡Y
con mi hacha!-aulló Robusta.
-¡Y
con mi hacha!- clamó Follón.
-Genial,
un montón de hachas. ¿Y nadie tiene, por ejemplo, un arco?
-¿Un
arco?- preguntó Riñas en tono de guasa. Los tres enanos se rieron con ganas-.
¡Claro, un arco y un ramo de flores, princesa!”
Es
obvio que el autor pretende burlarse tanto de las grandes sagas, como de la cultura
usual de los lectores, con la madre lanzando una zapatilla o los interminables
requisitos de la burocracia de cualquier universo paralelo.
Y
a pesar de toda la burla y el escarnio que utiliza el autor, no es posible
mirar para otro lado en cuanto a las denuncias que se muestran a viva voz. El
deterioro del medio ambiente y la corrupción de casi todas las razas (por muy
superiores que se crean) se muestran de una forma brusca y sin miramientos,
pero al mismo tiempo aun pende la bandea de la esperanza, dejándonos algún camino
libre para poder solucionar dichos problemas, pero en la novela, tened por
seguro que las cosas no acabaran con un “comieron perdices y vivieron felices.”
Si
es cierto, que, llegado a cierto punto en la historia, tanta broma pasa factura
y llega incluso a hacerse algo pesada, no en demasía, pero se nota en exceso la
ingente cantidad de broma que el autor mete en el libro, algunas con un nivel
similar al unos parvulitos hasta arriba de “hierba de la risa”.
Sobre
la construcción del mundo, y dejando fuera tanta broma y crítica social, debo
decir que me sorprendió gratamente la forma de tratar a las distintas razas. Es
cierto que gran parte de ellas se rigen por unas normas estrictas que parecen
escritas por una organización xenófoba, pero en cambio, el autor las ha
desarrollado de tal forma, que siempre haya algún individuo que se sale de la
norma. Ogros enamorados de rostros arrebolados por las flechas de Cupido, elfos
que piensan que no todos los seres son inferiores a ellos y humanos a los que
mas les valdría meter la cabeza entre excrementos de lo que apesta su forma de
ser.
Y
aun más, de forma muy sutil se añade un componente divino, pero prácticamente atado
de la misma forma que los hombres de a pie, ahogados entre la burocracia y la
falta de personal.
Ante
todo, recomendaros esta novela si estáis cansados de leer una y otra vez, los
mismos clichés trillados de gallardos caballeros, enanos y trolls, magos sabios,
criaturas mágicas y animalillos encantadores, porque aquí no los vais a
encontrar, pero a cambio os dará una visión mas realista y mucho mas graciosa.
Esto demuestra que no solo pueden escribirse sagas fantásticas de espada y brujería,
sino que la fantasía aun tiene mucho que ofrecer, por lo que, si estáis cansados
de lo habitual, “Tres enanos y pico”de Ángel Sanchidrián (o el nuevo Terry Pratchett español) os hará reír hasta que perdáis todas las
muelas u os las arranquen de un buen sopapo.
“…dio media vuelta con brusquedad para que su
capa navegara el aire nocturno y, de paso, dar la espalda a Ramona. Cuando
apenas había puesto un pie en el estribo, una zapatilla cruzó el aire como un
dardo y se estrelló contra la parte posterior de su cabeza. […]
-Tu
a mí no me das la espalda ni insultas a mis enanos. advirtió la señora Medroso
mientras se aproximaba a la elfa saltando sobre su pierna derecha.
-No
des un salto más, hembra humana. Detente o te convertiremos en un alfiletero.
-Mira,
guapa. He conocido a muchas como tú: señoritingas importantísimas que se dan
esos mismos aires de grandeza y que luego no son capaces ni de vestirse sin la
ayuda de sus sirvientes. Pero a mi no me impresionas, querida. Yo he gobernado
una casa que era una guerra distinta cada día. […]
El
espectáculo prometía. Ya se podía andar con cuidado la elfa, que la señora
Medroso no se achicaba ante nadie. Menudo genio se gastaba.”
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